El Sionismo: una larga historia contrarrevolucionaria

Los judíos no son una raza, sino descendientes de un “pueblo clase” que fue creciendo y desarrollándose en sociedades previas al capitalismo alrededor de actividades comerciales, como los fenicios y los lombardos. La religión les dio una gran cohesión social.  /   Con la llegada del capitalismo los sectores más poderosos -como Rothschild o Hirsh- se acomodaron rápidamente dentro de la burguesía imperialista, mientras que los sectores más plebeyos se incorporaron al proletariado y la pequeña burguesía baja europea y de otros países. 

Allí comenzó una pelea por el liderazgo de los sectores populares entre la izquierda revolucionaria -que les ofrecía una perspectiva socialista- y el sionismo que les proponía “huir del peligro subversivo” y las masacres perpetradas por los antisemitas, emigrando a las tierras bíblicas.  /   Según el sionismo constituían un “pueblo sin territorio” que debía marchar hacia un “territorio sin pueblo”. Inglaterra se hizo cargo ofreciéndoles la colonización de Palestina, a través de la declaración del ministro de relaciones exteriores Balfour en 1917.  

Cuando finalizó la Primera Guerra los imperialistas se repartieron las posesiones de los derrotados –alemanes, austríacos y turcos- dejando a Palestina en manos de Inglaterra, que promovió la emigración de colonos judíos para usarlos como fuerza de choque, empleados y gerentes de sus empresas.  /   Los sionistas organizaron las bandas fascistas Haganá, Stern e Irgun y la central obrera racista Histadrut para combatir a los palestinos, derrotándolos luego de la huelga general de 1936 -que duró seis meses- y un largo proceso de luchas que culminó en 1939. (Leer todo)

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